martes, 4 de noviembre de 2008
PESCADO HORNEADO
Es un lujo encontrar un pescado como el pargo que me regalaron. Estaba muy fresco, “nunca congelado”. Y, a pesar que en los llanos no hay mar….pero si ríos, no puedo dejar pasar esta receta, prometiendo que pronto pondré una de Pavón.
Lo prepare de la manera más típica. Bien limpio y abierto por el centro, lo deje reposar en limón, sobándolo tiernamente con aceite de oliva por dentro y por fuera; luego lo cubrí con sal. Le puse tres dientes ajos y lo llene, prácticamente “atapucé”, de ají dulce y cebolla cortados en tiritas. Lo amarre para que ese maravilloso contenido no se le escapase, le puse unos taquitos de mantequilla y, colocado en el envase para hornear, lo tape con papel de aluminio para ponerlo al horno que ya estaba calentado a temperatura mediana.
No tardo mucho en estar listo. Lo supe cuando, pasados diez minutos, lo vigilaba de cuando en cuando, hasta que vi que le brillaba la piel.
Había invitado a mis hijos a cenar, cita a la cual llegaron muy puntuales, y compartimos felices este maravilloso regalo del mar y del papa de Rubén.
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